La ONU la sacó de la categoría de drogas peligrosas y Jujuy inauguró el Laboratorio Público de Cannabis Medicinal, presentando el primer derivado de cannabis de grado médico de Industria Nacional.

Cannabis medicinal: El gobierno de Jujuy inauguró hoy el primer laboratorio autorizado de cannabis medicinal del país. En la empresa estatal Cannava S.E., que tendrá su sede en la “Finca El Pongo”, en el sur de esa provincia, se presentó el primer derivado de cannabis de grado médico de industria nacional de una prueba piloto.
La inauguración oficial del laboratorio piloto de producción de ingredientes farmacéuticos activos derivados del cannabis “marca un hito en la producción de los primeros derivados de cannabis de grado médico de industria nacional”, dijeron las autoridades.
“Nunca antes un producto médico nos permitió sentir lo que les pasa a otras personas. También nos acercamos al alivio que siente quien ve una mejoría en la enfermedad y el dolor de un ser querido”, dijo Gastón Morales, presidente de la compañía e hijo del gobernador, al abrir la inauguración. El titular del Ejecutivo jujeño, en tanto, dijo que el proyecto es “100 por 100 público”.

“Imaginen lo que fue ir a registrar la producción de marihuana a la AFIP. Vamos a ser grandes productores internacionales de cannabis medicinal”, indicó Gerardo Morales, efusivo.
“Probamos la plantación en campo y nos ha quedado muy bien. Hay que encontrar la semilla que se adapte al suelo y clima de cada provincia”, agregó el funcionario. “La Argentina tiene que distinguirse por la calidad para venderle al mundo. Abrimos un camino”, cerró el gobernador.
Primer laboratorio argentino de cannabis medicinal
La “Finca El Pongo” está situada sobre la ruta Provincial 1, cerca de la localidad jujeña de Perico y fue acondicionada para la producción y el almacenamiento de la materia prima. Se instalaron nueve invernaderos y dos cámaras de secado.
Las primeras semillas fueron plantadas a comienzos de 2019 para empezar el proceso de germinación. Ese paso constó de la utilización de un invernadero provisto de luz artificial, donde se cuidó la maceta de semilla germinada para su desarrollo.

En total, la finca tiene más de 11.000 hectáreas y son terrenos que antes habían sido utilizados para la producción de tabaco, caña de azúcar y otras variedades de la región. La empresa tiene acuerdo comercial con la compañía Green Leaf Farms de Estados Unidos, que es la que aporta todo el capital necesario para llevar adelante el proyecto.
Valeria Salech, presidenta de Mamá Cultiva Argentina, cuestionó el proyecto. “La experiencia de la familia Morales en Jujuy excluye un poco a las organizaciones de la sociedad civil argentina porque hay capitales extranjeros involucrados”, dijo la mujer en diálogo con el diario La Nación.
Agregó, además, que el proceso de extracción de cannabinoides no es el que muchas de las organizaciones aplican.

Para ONU ya no es drogas peligrosas
“Esperamos además que, independientemente de esta mirada corporativa, el Estado continúe acompañando a quienes venimos en lucha por la libertad de la planta que nos trajo calidad de vida, y concentre esfuerzos en implementar rápidamente el registro que va a permitir que dejemos de ir presas y presos por hacer pequeños y medianos cultivos en nuestros hogares”, reclamó Salech.
Una comisión de las Naciones Unidas votó hoy miércoles la eliminación del cannabis medicinal de una categoría de las drogas más peligrosas del mundo, una decisión que podría despejar el camino para la investigación y el uso médico de la planta de marihuana.

La Comisión de Estupefacientes, que incluye 53 estados miembros, consideró para su votación una serie de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la reclasificación del cannabis y sus derivados.
Así las cosas, la atención se centró en una recomendación clave para eliminar el cannabis del Anexo IV de la Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes -donde se encuentra actualmente- junto con opioides peligrosos y altamente adictivos como la heroína.

Las convenciones de drogas de la ONU son los tres tratados de Naciones Unidas que conforman el marco legal internacional del régimen de control mundial de las drogas. Estos son: la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961 -enmendada por el Protocolo de 1972-, el Convenio sobre Sustancias Sicotrópicas de 1971 y la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas de 1988.
El objetivo de los tratados es tipificar medidas de control aplicables a nivel internacional con el fin de garantizar la disponibilidad de sustancias psicoactivas para fines médicos y científicos, y prevenir su desvío hacia canales ilegales, incluyendo también disposiciones generales sobre tráfico y consumo de sustancias psicoactivas.